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Patapon 1+2 Replay es de esos juegos (más bien dos) que juegas con el cariño de un tiempo pasado y al que te aferras ligeramente para pensar por unos momentos que nada ha cambiado y que sigues siendo el mismo adolescente pre púber exento de responsabilidades y dolores de cabeza. Siento que mucho ha cambiado el medio desde que salió el primer Patapon de PSP allá en 2007. No se si tanto en lo que a tipos de propuestas que se nos presentan semanalmente, que son variadas e inabarcables, pero si en el sentido de cómo jugamos.

Es cierto que las consolas portables siguen a la orden del día, incluso se atisba un futuro con computadores híbridos que nos van a permitir jugar a casi cualquier título sin importar dónde estemos, pero hay algo que se palpa distinto, que parece que no es recuperable o que sabemos que ya no podrá estar: la sensación de sorpresa, el sentir que estamos viviendo por primera algo único.

Hoy en día se ha reducido drásticamente esta sensación que antes nos abordaba de tanto en tanto, y puede ser que hayamos madurado como jugadores, que no nos dejemos sorprender por igual, pero la realidad también está en que las apuestas de los videojuegos son cada vez menos arriesgadas en comparación al pasado, y títulos como el que hoy traemos son un ejemplo de esas rara avis que en un momento nos dejaron flipados.

Con todo esto no estoy queriendo decir que volver a Patapon 1+2 Replay haya sido un placer nostálgico inconmensurable, ni mucho menos. De hecho, si dedico tanto tiempo a la introducción es precisamente porque tengo la necesidad de expresar que jugar a este remaster es de verdad volver al pasado, y que puede ser que contextualmente yo ya no me encuentre en el mismo punto que cuando jugaba a Patapon en PSP, o puede que la industria haya avanzado a un tipo de medio que quiere hacer sentir el frenetismo en cada partida con elementos vacíos o mundos insustanciales.

Patapon: Un clásico de PSP

Aquí nos vamos a encontrar con lo contrario, mucha sustancia y mucha ternura, porque otra cosa no, pero todos morimos de amor dirigiendo a nuestros Patapons. ¿Dirigiendo? ¿Acaso esto es un juego de estrategia en tiempo real con ritmos de música? Para comprender mejor el valory la esencia de que nos trae Patapon 1+2 Replay, es importante comprender la historia que se narra y la evolución del mundo que estamos habitando. En el primer capítulo de la saga, por ejemplo, los Patapon son una tribu en decadencia dejada a su suerte. Estos pequeños seres negros, de un solo ojo, lo han perdido todo: sus tierras, su fuerza e incluso su fe. La única esperanza que tienen, reside en el regreso de su deidad, interpretada para esta ocasión por nosotros, los jugadores.

Estamos destinados a asumir el papel de su Ser Supremo, una entidad omnipresente que guía a su pueblo mediante el sonido de tambores sagrados. En cuanto empezamos a relacionarnos con ellos a través del ritmo, los Patapon recuperan inmediatamente la esperanza en el futuro. Al tomar los instrumentos sagrados, la tribu redescubre su antiguo espíritu guerrero y emprende su camino hacia la salvación. El objetivo es claro: alcanzar la legendaria tierra de la recompensa, un paraíso prometido donde abundan el alimento y la gloria eterna.

Pata-Pata-Pata-Pon

Uso la palabra “relacionarnos” porque creo que es la más adecuada a la hora de describir nuestra interacción con estas pequeñas bestias adorables. Patapon pone a nuestra disposición el ritmo del tambor sagrado, el cuál vamos a activar pulsando una combinación de botones que generará una respuesta directa en nuestros acólitos. Con la respuesta deberemos seguir el compás de sus pasos y es así cómo se establece un dialogo musical que no solo ayuda a que avancen nuestras tropas si no que, a nivel de juego, nos sumerge en la obra obligándonos a prestar atención al ritmo y a los detalles que se desarrollan en la escena.

Este nivel de exigencia (entendedme, se que no es un Souls-Like) me ha llevado a tener que reconfigurar mi manera de jugar para poder afrontar el reto, y es algo que me ha sorprendido porque no recuerdo a un Nintai adolescente teniendo que respirar profundamente para jugar al Patapon de la PSP. El compás rítmico y nuestro acierto a la hora de seguirlo nos va a recompensar con el estado febril de los Patapons, una característica que les va a dar un plus de poder y que se siente como el llamado «flow» del acto de jugar.

Céntrate en el ritmo

El juego va a pedir de ti que tengas buenos reflejos y una coordinada respuesta muscular. En muchas ocasiones deberemos leer la acción de manera precisa para ejecutar la combinación de patrones mas adecuada según si debemos atacar, avanzar o defendernos. Es interesante puntualizar que durante la partida, bueno, más bien dicho, durante las expediciones de nuestros Patapons que actúan a modo de misiones, no podremos detener el transcurso de la acción, con lo que durante lo 5-10 minutos de cada fase, estaremos con todos los sentidos centrados en el juego.

Para ponernos las cosas más fáciles, podremos obtener distintos materiales para equipar de la manera más optima posible a nuestros guerreros. Esto nos va a permitir afrontar o repetir fases para seguir obteniendo recursos o avanzar en la aventura. Y también, acudir con elementos a nuestro Máter (un árbol de la vida) y darle de comer para que genere nuevas semillas que acabarán siendo Patapons que se unan a la causa.

Patapon a las armas

Tendremos guerreros que atacan a distancia, otros fortachones que cargan con todo sin piedad, e incluso, con los añadidos que trae la segunda entrega, héroes que son capaces de desarrollar habilidades únicas y determinantes en las batallas. Todos ellos nos van a servir para superar distintos obstáculos y deberemos complementar nuestro ejercito para avanzar de la manera más óptima. Es cierto que se hecha de menos un tutorial que aclare ciertas cuestiones del menú que si no eres conocedor del juego quizás pasas por alto, pero entre pantallas siempre tendrás pequeños textos que nos van a ayudar a entender las mecánicas del título.

Y ya que he hablado de la segunda entrega, me toca decir que se siente como la evolución natural y completa del Patapon 1. La continuación directa del primer juego parece ser una versión mejorada de la parte uno, con texturas más definidas y mucho añadido.  En este sentido, Patapon 2 introduce nuevas capas de profundidad estratégica, permitiendo al jugador el uso de estos Patapons ancestrales e ir equipándolos con los mejores objetos posibles. Además, la segunda entrega ofrece mucha más misiones secundarias y objetivos de bonificación que nos ofrecen nuevos retos y variedad en la aventura.

Durante la calma que vamos a encontrar en nuestros campamentos, seremos capaces de ver la vida tribal de los pequeños seres, con sus danzas o sus comentarios de comunidad. Da la sensación de que sigue siendo un mundo vivo, que de hecho lleva vivo desde 2007.

Conclusiones

Así es como he entendido el jugar a este remaster en pleno 2025. Patapon 1+2 no añade nada nuevo a las publicaciones originales en cuanto contenido, pero sí que pone sobre la mesa el recuerdo (también muscular) de lo que significaba jugar a estos títulos en la consola portátil de Sony. Patapon 1+2 Replay representa el regreso de dos obras únicas en el medio, capaces de combinar sorprendentemente con ritmo y estrategia musical.

En ambos juegos, el corazón de la experiencia sigue siendo el sistema de comandos de ritmo, la conversación que generamos con nuestras criaturas, en la que se nos requiere que emitamos órdenes en consonancia con el compás musical. La versión remasterizada mejora los gráficos, con líneas más nítidas y animaciones que se pueden sentir algo más fluidas, sin afectar el encanto minimalista original. Aunque falta Patapon 3 para hacer que sea la recopilación perfecta, esta colección contiene el alma de la serie y ofrece una aventura poco convencional, nada habitual en la industria y que siento que es muy recomendable incluso para los que nunca han tocado un juego de la franquicia.

Este análisis fue realizado gracias a un código proporcionado por Bandai Namco España.


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